Cabecita loca, decían

Tú consigues tus metas, 

LLEVAS A CABO TUS SUEÑOS

-No soporto que me odies.
-No soportas que te quiera, no soportas que te odie… Pues tú dirás.
-Prefiero que me quieras.
-¿Sabes lo que pasa? Que cuándo te dije que no iba a estar esperándote siempre, te diste cuenta de que habías perdido algo. Eso es lo que no soportas. Pero no te preocupes, que igual si te portas bien aun podemos hacer algo… Además tampoco te odio tanto. Sólo un poquito...
-Yo tampoco te quiero tanto, sólo un poquito...

Y éste, es el mío.

TENGO EL VICIO 

DE SIEMPRE EMPEZAR 

LAS COSAS POR SU FINAL

  

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Puedo pasarme la vida entre puntos suspensivos preguntándome dónde está el oasis entre tanta arena del desierto... O puedo recorrer trópicos y fronteras hacia el mar de las sirenas y salir con los labios rojos cada luna llena, manifestar mi orgullo hacia la vida recogiendo gotas de rocío cada mañana en un frasco de cristal, y bendecir las estrellas por guiarme cada noche, vivir nómadamente entre horizontes y banderas para soñar despierta mientras despego mis alas, fundirme en cada mar turquesa y respirar fuerte al llegar a una cima, calentar los recuerdos junto a una hoguera e inventar sueños de hojalata bajo un roble; y necesito que me devuelvas a la vida, cerca, muy cerca.

Vivíendolo en silencio

Soy la de los ojos tristes y la sonrisa frágil, la que se ilusiona con una pequeña tormenta de verano y con la magia de tus silencios de te quiero. Soy la que llora todos los días por cosas insignificantes, y en cambio no sabe llorar por cosas verdaderamente importantes, porque se le bloquea el generador de lágrimas. 






Soy la que guarda sus recuerdos en una pequeña cajita de música. 
Soy la que ama los vinilos oxidados y quiere luchar por un sueño.

Explotó en la estratosfera 

y no supo bajar de nuevo al mundo.

Me decías cabecita loca por soñar despierta, por querer que no amanezca nunca. 

Tuve mil historias y olvidé olvidarlas, malgasté caricias en los despertares, rellené enteritos mil y un pasaportes. Y ahora vengo a bajarme de ese viaje. Si me preguntan quién soy, diré que no lo sé, y si me preguntan quién eres...diré que nunca te había visto antes. Es que no te quiero perder. Yo hice llorar hasta a los ángeles, amor... Sé que no es fácil el perdón.